Aleyda Leyva Chévez lleva 15 años como profesora, pero su amor por la enseñanza viene desde muy atrás, cuando se la pasaba explicando las tareas a sus amiguitos de la cuadra y a sus muñecas. A los 23 años, se estrenó como maestra de escuela frente a más de 60 alumnos y hoy, a los 37, se encuentra entre las 50 mejores profesoras del mundo.

El uso de la tecnología es vital en los proyectos innovadores que presenta Aleyda y que le ha valido el reconocimiento del prestigioso Top 50 Global Teacher Prize. Así, sus alumnos han dejado de ser chicos que solo escuchan la clase y apuntan lo que dice el profesor, para convertirse en Booktubers, creadores de películas con el Smartphone y hasta de museos virtuales.

En el marco del Día del Maestro, próximo a celebrarse el 6 de julio, la profesora Chiclayana conversó con Conectados, el Magazine de los Socios, sobre lo que significa para ella ser maestro y cómo la educación “puede crear ciudadanos globales, agentes de cambio para su comunidad”.

¿Qué significó para usted ser reconocida entre los 50 mejores maestros del mundo?

Te diré que aún no lo asimilo por completo. Encontrarme en esta lista, representando a nuestro Perú y brindándome espacios nuevos para aprender y, sobre todo, para compartir, es maravilloso; el poder alzar la voz en nombre de los miles de maestras y maestros que cada día nos esforzamos por mejorar la calidad educativa, es un honor y una responsabilidad.

¿Por qué piensa que la tecnología es importante en la educación?

Soy Millennial. Crecí viendo TV a blanco y negro, que se conectaba a una batería que todos los fines de semana debía cargarse, pues no había electricidad en el sector de la ciudad donde vivía, pero poco a poco, gracias al esfuerzo de mis padres, fui teniendo acceso a la tecnología de mayor envergadura, lo que me permitió salir de las cuatro paredes del aprendizaje y descubrir un mundo más amplio, con mayores retos y también mejores oportunidades.

Es justamente lo que plantea a sus estudiantes…

Quiero que mis estudiantes sean ciudadanos globales, que tengan acceso a oportunidades y les permitan ser agentes de cambio en su comunidad. Esto lo brinda la tecnología, aunque no es lo único. No basta con llenar las aulas de PC de última generación, sino en implementar metodologías de aprendizaje activo, en donde los estudiantes sean capaces de construir, y no solo de reproducir.

En ese sentido, la pandemia nos obligó a ponernos al día con la tecnología…

Sin duda. La pandemia hizo que corriéramos hacia las TIC (Tecnologías de la información y comunicación) y TAC (Tecnologías para el aprendizaje); maestros, estudiantes e incluso padres de familia, aprendieron en pocos días a conectarse en una videollamada, a emplear el WhatsApp de forma educativa y crear recursos tecnológicos para promover y evidenciar el aprendizaje. Ahora nos encontramos en un nuevo contexto, la mayoría de estudiantes se encuentran ya en las aulas, pero no debemos olvidar los aprendizajes obtenidos en los dos años de educación remota y virtual, necesitamos adaptarnos al nuevo contexto y seguir hacia adelante.

¿Cómo siente que ha cambiado el aprendizaje en los últimos años con la irrupción de la tecnología?

Va llegando a su fin la “dictadura del docente”, en donde se hace, se aprende y se piensa, según lo que diga el profesor o profesora. Las tecnologías permitieron el desarrollo de nuevas metodologías que rompen con ese esquema y centran a nuestros estudiantes en el proceso de enseñanza y aprendizaje; abren el aula al mundo, nos conectan con otras realidades y permiten el diseño de soluciones a aquellos problemas que presenta nuestra comunidad, y todo a un clic de distancia.

No obstante, quienes no tienen acceso a la tecnología ponen en riesgo la continuidad de su educación. Ahí es donde deben intervenir las autoridades con soluciones para promover la innovación.

¿Cómo reciben sus alumnos el hecho de que promueva estos proyectos innovadores, en donde ellos se convierten en booktubers, creadores de películas, etc.?

No siempre es fácil, pues muchas veces, es su primer encuentro con un aprendizaje que no se basa en copiar la pizarra en el cuaderno; pero pronto descubren que pueden hacer cosas importantes, que su voz tiene valor y que pueden alcanzar cualquier meta que se propongan, no solo en la escuela, sino a lo largo de su vida. Aprenden que el aula no tiene cuatro paredes, que el aula es el mundo y que aprendemos de todos, en todas partes, y que también podemos ser maestros de los demás.

¿Por qué un profesor debe capacitarse constantemente?

Hace un tiempo descubrí que no es suficiente con “echarle las ganas”, sino nos preocupamos por capacitarnos constantemente. Poco se habla de los docentes como científicos o investigadores, pues por décadas, muchas veces por la desidia de las autoridades o las condiciones laborales que poco contribuyen a la formación del docente, no se vio esto como una necesidad imperante. Hoy, este pensar va cambiando y las tecnologías han abierto un nuevo camino de actualización para los maestros.

¿Cuáles son sus planes a futuro como maestra?

Este año asumí un nuevo reto como Directora de Innovación, Ciencia e Investigación en los colegios Peruano Español de la región Lambayeque. También estamos promoviendo nuestros Libros Interactivos Lúdicos, que enseñan a través del juego.  Y, gracias a Fundación Varkey, he sido becada para investigar sobre la formación del carácter en estudiantes de secundaria y gracias al apoyo de Fundación Telefónica del Perú – Educared, sigo compartiendo sobre innovación y nuevas prácticas con TIC, con maestros de todo el Perú.