• Calla joyas: “La joyería ha sobrevivido guerras y pandemias. Siempre va a estar allí”


    15 de julio del 2022
    Reproducir:

    Avatar del Usuario

    Camila Calderón

      [email protected]

    En el hogar de Mircalla Cerna las joyas siempre han tenido un lugar preponderante. Su madre, gran admiradora de ellas, tenía su joyero particular, a quien le mandaba a hacer lo que su mente y su creatividad le dictara. A veces, a sus amigas les gustaba tanto ‘ese anillo’ o ‘esa pulsera’ que su mamá no dudaba en venderlo. Así, el hobby que por tanto tiempo cultivaron, pronto se convirtió en Calla Joyas, un emprendimiento que ya lleva casi 30 años.

    ¿Por qué nos gustan tanto las joyas? Es una pregunta que casi todos nos hemos hecho alguna vez. Para Mircalla, las joyas nos atraen tanto porque están entre los humanos desde tiempos inmemoriales “y siempre han servido para demostrar nuestra esencia”, añade. Por ello, vender joyas, como ella y su mamá lo hacen, también significa entrar en el mundo del otro.

    “Joyas que duren”

    Desde 1994, Mircalla y su madre, empezaron a vender joyas entre sus amigas y a inmiscuirse cada vez más en la creación. Todavía lo veían como un pasatiempo que pronto terminaría; algunas veces paraban, luego lo retomaban hasta que a mediados de 2008 decidieron constituir la empresa Calla Joyas.

    Desde entonces, ambas han sido muy organizadas y honestas con su trabajo. Tanto ella como su madre se encargan de la parte creativa, pero su mamá supervisa al milímetro el trabajo de sus joyeros. Ella, por su parte, se ha vuelto una estudiosa de la joyería peruana. “Estoy muy interesada en las gemas peruanas y en crear modelos emblemáticos, exóticos”, confiesa.

    No obstante, el objetivo de Calla Joyas está en hacer joyas que duren. “Trabajamos solo con oro y plata, materiales nobles que pueden durar para siempre, y nos enfocamos en crear piezas únicas, especiales y que realmente valgan la inversión”, explica.

    La joya: entrar en la vida

    La especialidad de Calla Joyas son los anillos de compromiso, los aros de matrimonio y las joyas para fechas especiales. En todos los casos, significa ingresar al mundo íntimo del cliente. “Por eso, la empatía es nuestra principal herramienta. Se trata de captar las necesidades y deseos del cliente, de entender que no quiere solo algo ornamental, sino un recuerdo, algo más profundo”, comenta Mircalla.

    También –hace hincapié- se trata de la honestidad. “Vender joyas es muy delicado porque se tratan de piezas en las cuales se invierte y, sobre todo, que significan algo para quien la compra”, añade.

    La pandemia: un momento para crecer

    A diferencia de otros negocios, la pandemia no afectó a Calla Joyas. Tratándose de artículos de lujo, a Mircalla siempre le llamó la atención hasta que un profesor catalán con el que llevó una capacitación se lo explicó. “Me dijo: las joyas han sobrevivido a guerras, a pandemias. La gente siempre se va a enjoyar. Las joyas siempre estarán ahí”, recuerda.

    Es por esta razón que Mircalla ya no mira para atrás. Al contrario, ahora su mamá y ella han cumplido un nuevo sueño: tener su propio local en Miraflores.

    “Estamos en plenos preparativos. Y nuestra idea es atender a puertas cerradas o previa cita. Primero por seguridad y segundo porque queremos mantener la personalización para nuestros clientes. Ellos son muy importantes”, finaliza Mircalla.

     

     

     

    No hay imágenes cargadas en la galería, por favor desactivar la opción de galeria.

    ESTUDIOS

    EMPRESA

    EXPERIENCIA LABORAL


 TE PUEDE INTERESAR



Suscríbete Contáctanos