Ciudad de los niños no es una panadería como cualquier otra. Desde 2017, en este acogedor lugar, ubicado en el corazón de Surco, se venden panes, panetones y pasteles de gran calidad cuya ganancia contribuye a la sustentabilidad del albergue del mismo nombre, dirigida por el Hermano Roberto Ramírez Chirinos OFMcap .

Esta aventura se remonta al año 1955, cuando el padre Iluminato de la orden franciscana se instaló en San Juan de Miraflores para rescatar a niños y adolescentes acosados por la violencia, el pandillaje o por un entorno en constante conflicto. Esta tarea fue continuada por otros hermanos gracias a donaciones hasta que en 1997 se estrenaron en el mundo de la panadería con el Panettone Iluminato  con la consigna de recaudar fondos.

Panettone Iluminato

“Desde entonces fuimos implementando nuestra planta de panadería hasta que en el 2017 abrimos este café al frente de nuestra parroquia. La idea es ofrecer productos de calidad que, a su vez, ayuden a sostener a nuestros chicos”, señala Hermano Roberto OFMcap.

Calidad y más calidad

En la panadería Ciudad de los niños, además del famoso Panettone Iluminato, se ofrecen diversidad de panes de semillas, de molde, de frutos secos; también turrones y productos de pastelería. Y no solo se enfocan al comercio local, la buena gestión de este lugar ha hecho que formen alianzas con otras empresas y así ofrezcan desayunos corporativos o bocaditos para aniversarios.

Y es que la calidad es una de las grandes virtudes de esta panadería. En palabras del Hermano Roberto OFMcap: “No queremos ser solo un lugar solidario. Así como nosotros ayudamos a los chicos, también queremos ayudar a otras personas a que consuman alimentos de calidad, artesanales, para que su cuerpo esté sano”, explica.

Un trabajo en conjunto

Lo interesante de esta panadería es que muchos de los egresados de la casa hogar Ciudad de los niños pueden trabajar aquí mientras estudian. De esta manera, poco a poco van rompiendo el círculo de pobreza que los suele atacar. “Algunos hasta descubren su pasión por la panadería y se quedan, se especializan. Es muy gratificante”, añade.

Lo cierto es que cada pan, cada torta y cada café que se pasa se hace con amor y cariño hacia el comensal. Hoy por hoy la panadería es muy conocida por los parroquianos, pues está al frente de la parroquia Cristo Salvador. El Hermano Roberto OFMcap espera que con el impulso que hoy tienen en redes sociales y su alianza con otras empresas puedan llegar cada vez a más comensales.

Una nueva oportunidad para los jóvenes

En la casa hogar Ciudad de los Niños habitan unas 150 personas entre 3 hasta los 17 años. Todos tienen familia o al menos un tutor responsable, sin embargo, tienen en común el contexto de vulnerabilidad en el que viven. Por ello, acuden a esta casa a formarse y suelen salir cada 15 días a visitar a sus familiares.

Los Hermanos Franciscanos Capuchinos no solo imparten educación a estos chicos, sino que también realizan talleres para los padres. “La idea es darles una mano y servir de guía para que estos lazos familiares no se pierdan”, comenta.

El Hermano Roberto OFMcap señala que a pesar de que su proyecto de panadería va viento en popa y tienen grandes planes de expansión, es fundamental que las personas en general alimenten su empatía y sus ganas de ayudar. “Todavía nos falta mucha sensibilización en el tema de la niñez y la adolescencia. Si todos ayudáramos más, esta sería una sociedad distinta”, finaliza.

Si quieres visitar esta panadería solidaria o hacer tus pedidos por delivery, ingresa a: https://panaderiaciudaddelosninos.riqra.com/