Los condimentos son la base de la comida peruana y lo que la ha convertido en mundialmente famosa. Hoy en día es muy fácil hallar variedad de especias en mercados y supermercados, pero hace muchos años, concretamente en los años 60, era todo lo contario. Las amas de casa debían comprar sus condimentos enteros y molerlos a punta de batán, algo que, aunque delicioso y artesanal, les quitaba demasiado tiempo.

De este pequeño problema fueron conscientes los hermanos López de la Cruz, así que decidieron moler y envasar los condimentos principales como la pimienta o el comino. En un principio, el emprendimiento fue formado por dos de los cuatro hermanos. Años más tarde, se unirían los otros dos y en 1975 fundarían Lopesa Industrial SA.

“En aquel tiempo ya se empiezan a producir productos tecnificados, con formulaciones propias. Lopesa, sin duda, nace de la necesidad del mercado y de facilitarles la vida a las entonces amas de casa”, señala Richard López, gerente general de Lopesa, y quien pertenece a la segunda generación de la familia López de la Cruz.

Venancio López de la Cruz, uno de los 4 hermanos fundadores, en Cerro de Pasco.

El secreto: su materia prima

Cualquiera que cocine sabe lo importante que es elegir un buen condimento. De él depende el éxito de cada plato que se prepare. Lo que no saben es que detrás de aquel sabor y olor característico hay todo un proceso que respetar.

En Lopesa, Richard nos cuenta que se trabaja directamente con los agricultores de varias regiones (Tacna, Huancavelica, Vraem, Selva central, etc.) o, en el caso de otras especias, con proveedores extranjeros (India, Brasil, Ecuador). A los agricultores se los capacita desde el cultivo hasta la cosecha y se analiza paso a paso para cumplir con los estándares de calidad. Los proveedores, por su parte, cuentan con una certificación de calidad de su materia prima y de buenas prácticas, en donde no se admite la explotación infantil.

“Este proceso es el más importante, pues para que un condimento sea de calidad es vital que tenga alta cantidad de aceites esenciales. Por eso, elegimos una buena materia prima e intentamos que en el proceso no se pierdan esos aceites. Estos son los que dan el sabor y aroma a los condimentos”, explica.

De hecho, Richard nos cuenta que hay muchas personas que piensan que ir al mercado y pedir que muelan el comino o la pimienta asegura un producto más rico. Todo lo contrario. “Esa molienda está hecha en un ambiente que no es inocuo, que no tiene la temperatura ideal y mucho menos un buen envasado. Así, esa pimienta tendrá poco olor y sabor, o lo perderá muy rápidamente”, añade.

Negocio con impacto internacional

Al día de hoy, Lopesa cuenta con cuatro líneas de negocio y más de 200 mil puntos de venta. En primer lugar se encuentra los deshidratados, en donde tenemos a la pimienta molida y entera, comino, clavos de olor, etc. En segundo lugar está la línea de salsas que se divide en salsas base como el ají panca en pasta o salsas listas como el rocoto, Ketchup, etc. La tercera línea consta de líquidos, con el famoso vinagre blanco y tinto.

Pero la cuarta línea es la que se desmarca de lo que ofrece Lopesa: se trata de extractos naturales atomizados (en polvo) y líquidos de hierbas o raíces utilizados para la industria farmacéutica. Esta línea, lanzada hace un año, está pensado para el público extranjero, en donde estos extractos se añaden a otros productos y son muy famosos.

Así, el foco de Lopesa es el comercio minorista y, en segunda instancia, el mayorista. Por el momento, están exportando ciertos productos, pero aún a una escala no tan alta. “Justamente, estamos haciendo todos los papeleos para poder surtir de productos a restaurantes peruanos en el extranjero, pues han crecido una barbaridad”, señala Richard.

La empresa posee 4 líneas de productos.

Un futuro lleno de propósitos

Si algo les enseñó la pandemia a los López fue que, incluso cuando existe una crisis de por medio, la comida es siempre lo más importante. En aquella época ellos aumentaron su demanda en 40% y no pararon salvo los primeros 15 días. La cocina, pues, no es solo algo básico sino también parte de nuestra identidad.

Así, con más de 42 productos en el mercado y una buena proyección internacional, Lopesa continuará enfocándose en dos pilares básicos: innovación y desarrollo. “Nuestros próximos planes son llevar la marca afuera, romper fronteras, por eso seguimos trabajando en nuevos e innovadores productos”, señala Richard.

Uno de estos últimos son las mermeladas de frutas orgánicas con extractos naturales o el café andino hecho a base de cereales, productos que se perfilan al público extranjero. “También queremos enfocarnos en la nueva generación, la cual necesita condimentas más amplios y prácticos.  Nuestro lema es siempre adelantarnos al futuro”, finaliza Richard.