• Carla Olivieri: “A los chicos no se les enseña a pensar en su futuro”


    24 de agosto del 2022
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    Camila Calderón

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    Quienes no conocen el extenso mundo del TikTok se sorprenderían al saber que, además de bailecitos y memes, allí también se imparten valiosos consejos sobre emprendimiento, incertidumbre laboral o temas profesionales. Seguramente, se sorprenderían aún más si supieran que profesionales de la talla de Carla Olivieri, educadora con más de 20 años de experiencia, ex rectora, Ceo de Aktiva, speaker líder en temas de liderazgo, dedica buena parte de su tiempo a responder estas y más dudas a sus más de 147 mil seguidores.

    Carla Olivieri dice que las redes le permiten ampliar su conocimiento, conocer cómo aprenden los jóvenes hoy, qué los motiva y estar siempre en conexión con sus necesidades. A su vez, ellos se nutren de la experiencia de Carla. Cientos de preguntas inundan su bandeja de entrada día a día. “Hay mucha incertidumbre en ellos”, confiesa.

    A pesar de ser una profesional muy reconocida, decidiste dar un salto más en tu carrera compartiendo en las redes sociales. ¿Por qué?

    Cuando era rectora en la universidad, me di cuenta que las redes también eran un medio para enseñar y compartir. Empecé como jugando a través de Facebook, Instagram, Linkedin y bueno, TikTok, aunque no tenía ni idea de cómo funcionaba. Igual lo abrí.

    ¿Cómo le llegó la fama al TikTok?

    Fue algo que nunca me planteé. Yo veía que la gente hacía videítos de bailes, a mí me encantaba verlos, hasta ahora, pero de ahí a hacerlos es otra cosa. Hasta que un día, un chico que había sido alumno mío me hace una pregunta por TikTok. Como me daba flojera escribir, me grabé. Y ese video empezó a tener miles de visitas. Y llegó al millón. Desde entonces, los chicos me hacen preguntas sobre mi especialidad, temas de educación, de emprendimiento. Y yo feliz los respondo.

    Sin embargo, las redes consumen mucho tiempo. ¿Cómo lo gestionas en tu día a día?

    Es súper fuerte. Yo soy muy activa en mis redes sociales, pero, aunque no lo creas, estoy máximo 20 minutos al día. Eso incluye lo que publico, respondo y lo que veo, porque hay que nutrirse también.

    ¿Por qué crees que te ha sido tan fácil abrirte o darte a conocer en una comunidad tan joven?

    Creo que es porque toco temas que ellos necesitaban escuchar y en los que se sentían y aún se sienten desamparados: el no saber qué estudiar, o si se quieren cambiar de carrera, la presión de los padres por elegirles una profesión, los dilemas de la universidad. Y saben que conozco todo ello y que soy sincera cuando les doy un consejo.

    Y en esta multitud de dudas, ¿Cuáles son las que más percibe en los jóvenes?

    Siento que muchos de ellos no tienen un destino, un método para tomar una decisión sobre el futuro de su vida. Como no entienden que va a pasar en su futuro, le tienen mucho miedo a la incertidumbre, a equivocarse, a “como me van a ver los demás”. Entonces, sienten mucha presión, desilusión sobre lo que ven día a día en las noticias. Hay como dos caras: por un lado, están ilusionados por sus estudios, por el otro, muy preocupados por la cuestión laboral. Están más preocupados por el dinero y el éxito que por la pasión que sientan al hacer lo que les gusta.

    Y otra cosa muy importante: se frustran muy rápido. Ante el más mínimo fracaso ya quieren tirar todo por la borda.

    ¿Y por qué cree que sucede esto? ¿Tiene que ver con nuestra cultura actual?

    Primero, a los chicos no se les enseña a pensar en el futuro. Ellos salen del colegio, empiezan la universidad y no tienen un plan de vida. ¿A qué me refiero? A poner por escrito qué quiero hacer con mi vida, ser como persona. Solo el 3% de las personas en el mundo tiene un plan de vida, los demás están a la deriva, haciendo las cosas según se le presenten las oportunidades o dificultades.

    Otra razón es que los papás de hoy no dejan que sus hijos resuelvan sus problemas por sí mismos. Tenemos pánico a que se equivoquen, por eso queremos decidir por ellos.

    ¿Qué problemas sientes que se han acentuado en los jóvenes o se han resuelto después de la pandemia?

    La pandemia ha evidenciado que nadie estaba listo como creíamos. Aunque el cambio haya sido doloroso, sí ha ayudado bastante. Los chicos se han vuelto más autónomos; grandes y pequeños han tenido que aprender habilidades digitales que los van a acompañar toda su vida y hemos tenido que aprender a reinventar nuestras vidas. Por otro lado, aún hay mucha incertidumbre y miedo.

    ¿Qué consejos le darías a los jóvenes que se están preparando para el futuro?

    A los jóvenes les diría que hagan un alto, que no tomen una decisión impulsiva. Para tomar una buena decisión hay que conocerse bien, sino te vas a dejar influenciar por los amigos, las opiniones ajenas, y el miedo tomará decisiones por ti. Es vital encontrar un propósito en la vida.

    ¿Siempre necesitamos tener un propósito en la vida o basta con estabilidad?

    Es que la estabilidad no es pretender que las cosas estén como están. Eso te estanca. La estabilidad es entender que el mundo cambia a una velocidad rapidísima y que yo siempre debo intentar aprender cosas nuevas y desaprender otras para seguirle el ritmo a este mundo cambiante. Se trata de meterle significado a tu vida.

    ¿Podemos tener un propósito a cualquier edad?

    Por supuesto, yo a los 50 años recién empecé a trabajar en nuevos proyectos. Mi pareja, Hernando de Soto, me lleva 27 años, y todavía me sorprendo cuando lo veo amanecerse con la ilusión en esos ojos. Cuando está metido en un nuevo proyecto parece esos niños que están pensando en Disney. Eso es porque tiene siempre un propósito. Porque lo que te mantiene joven no es la edad, lo que te mantiene joven es un propósito, un proyecto que te saca literalmente de la cama.

     

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