• Inka Crops: “El consumidor peruano de snacks está dispuesto a pagar más por un diferencial”

    Christian Matos, gerente de Marketing de Inka Crops, empresa peruana de presente en más de 20 mercados a nivel internacional, nos cuenta cuáles son los nuevos desafíos de esta compañía que actualmente trabaja con más de dos mil familias de productores peruanos para producir sus snacks libres de octógonos.


    26 de julio del 2022
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    Empresa asociada: Inka Crops S.A. Código: 024562.2

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    Camila Calderón

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    Inka Crops es una empresa peruana con más de 22 años en el mercado, que ha conquistado cerca de 20 destinos a nivel mundial, incluido uno de los más grandes en la categoría de snacks: Estados Unidos. Esta empresa de origen Cuzqueño empezó mirando hacia afuera, pues en aquel entonces el consumidor peruano no estaba dispuesto a pagar más por un producto diferente y con un gran valor añadido: hecho de cultivos peruanos y libres de octógonos.

    Actualmente, podemos disfrutar de estos snacks bajo la marca Inka chips con variados productos como los chips de papas nativas, variedades de tubérculos y otros tantos sabores. Hoy –en palabras de Christian Matos, gerente de Marketing de la compañía- “el consumidor peruano de snacks ya está dispuesto a pagar más por un diferencial”. He ahí porque esta marca viene convirtiéndose en la favorita en nuestro país.

    ¿Cómo se ha presentado el 2022 para Inka Crops?

    Ha sido un año de retos, no solo porque continuamos inmersos en la cuarta ola de la pandemia, sino por tantas cosas que han sucedido: la guerra de Ucrania, que generó escasez de algunas materias primas o el traslado de maquinarias; luego, la inflación que está afectando a todas las industrias, y no podemos dejar de lado la inestabilidad política actual. A pesar de ello, seguimos avanzando.

    Los primeros años de la pandemia, sin embargo, continuaron con sus exportaciones…

    Nunca paramos, pues la industria del snack a nivel global no decayó. Todo lo contrario, subió a raíz de que la gente se quedaba en casa y consumía más. El problema fue que las tiendas sí cerraron, se retrasaron los contenedores y, en suma, el proceso logístico fue muy difícil. Además, parte de nuestro equipo tuvo que estar en casa y la planta no podía operar al 100%.

    ¿Qué estrategias impulsaron para salir de esta incertidumbre?

    Aprendimos a trabajar bajo un comité de crisis. Quiere decir que cada semana se reprogramaban las actividades de acuerdo a lo que venía sucediendo. La verdad es que eso, lejos de asustarnos, nos ha ayudado para enfrentar mejor las adversidades.

    Inka Crops se ha posicionado como una marca de snacks saludables gracias a que el 95% de sus productos son libres de octógonos. ¿Cómo lo consiguieron y cómo piensan mantener estos lineamientos en el futuro?

    Antes de que se impulsara la ley aquí, nosotros ya vendíamos en Chile, los primeros que la implementaron, así que años atrás ya habíamos investigado y trabajado en la reformulación de nuestros snacks para que se alineen a la norma.  Así, reemplazamos el aceite de palma que se suele utilizar en estos productos por otro bajo en grasas saturadas y también reducimos el sodio. Fue un desafío balancear los sabores, encontrar lo delicioso a la vez que saludable, pero lo logramos. Hasta el día de hoy seguimos trabajando en estas reducciones porque sabemos que las leyes de alimentación saludable van ajustándose en el tiempo.

    La otra ventaja diferencial de Inka Crops es su trabajo con los agricultores peruanos, ¿Cómo ha sido este proceso?

    Nuestros principales proveedores son los agricultores. Trabajamos con más de 2 mil familias de la costa, la sierra y la selva. Por ello, dentro de la compañía tenemos un área que se encarga de organizar los abastecimientos y de asegurarse de que los productores estén alineados con las políticas de la empresa.

    En ese sentido, tenemos una relación directa con el agricultor: un contrato que cumplimos a cabalidad, con precios establecidos, también nos aseguramos de capacitarlos y asesorarlos para sembrar y cosechar productos de calidad.

    ¿Por qué iniciar la venta de snacks desde la exportación?

    Sucede que, en ese momento, la categoría de snacks en el Perú manejaba precios muy agresivos. Los competidores ofrecían sus productos a costos bajos, pero se trataba de grandes corporaciones. Nosotros no podíamos hacer eso. Entonces, decidimos iniciar en el mercado de exportación, ofreciendo un valor añadido, pero sabiendo que aquel consumidor sí pagaría más por nuestro diferencial.

    Hasta que el consumidor peruano cambió…

    Exacto. El consumidor peruano actual sí está dispuesto a pagar más por diferenciales. De ahí viramos hacia el mercado local y construimos nuestra identidad de marca. Nos dirigimos hacia un consumidor adulto-joven, de 25 años a más, moderno, preocupado por su salud, que conoce lo que come y le preocupa, además quiere que sea rico y saludable.

    Esa identidad también se ha trasladado a su empaque. Es muy distinto al de otros snacks…

    Sí. Nos dimos cuenta de que en la categoría casi todos los empaques suelen ser muy coloridos, juveniles e infantiles. No sentíamos que eso hacía match con nuestro consumidor. Quisimos crear un empaque ‘preocupado’ a nivel visual tanto como nuestro consumidor.

    ¿En cuántos mercados a nivel internacional se encuentran y cuáles son los más fuertes?

    Estamos en más de 20 mercados y, sin duda, los más fuertes son Estados Unidos y Canadá. Cabe resaltar que Inka Crops también crea snacks para para marcas terceras, lo cual nos ha dado muchas enseñanzas sobre cómo funciona la categoría, pues el mercado en EE.UU.  puede ser bastante efímero. Un producto que llega a góndolas tiene solo 8 semanas para estar a prueba. Si durante ese tiempo no obtiene ventas, es reemplazado por otro.

    Todo ello nos ha enseñado a leer bien al consumidor. Ahora, con 22 años en el mercado y la experiencia de exportar a grandes mercados, nos sentimos en una posición de mayor conocimiento. Obviamente, hemos cometido muchos errores, pero nos sentimos más preparados para arriesgarnos.

    También se están aliando con nuevas marcas…

    Sí. Ahora nos hemos aliado con Bembos, lanzando papas con sabor a hamburguesa; anteriormente hicimos una alianza con Cusqueña. Para nosotros, estas campañas son importantes porque explotan la experiencia de consumo. Los snacks pueden comerse en distintos momentos: con amigos, familia, con el novio, viendo películas, en el cine, con unos tragos, entonces hay un abanico de posibilidades para asociarnos con otras empresas y generar innovación, que es justamente lo que busca el consumidor en nuestra categoría.

    ¿Cuál es el próximo reto en el que están trabajando?

    Uno de los más importantes es conseguir producir papa nativa todo el año. Mucha gente no lo sabe, pero la papa nativa tiene una ventana de cosecha muy corta: de mayo a agosto, lo que nos obliga a trabajar con un año de anticipación para poder cumplir con nuestras exportaciones. Por ello, estamos evaluando cultivar en otras zonas del Perú para ampliar su cosecha. También nos interesa reforzar nuestros productos estrella como los chips de plátano y papa, y por supuesto, innovar cada vez más en sabores.

     

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