Sofía Castillo Jiménez ha sido plus size toda su vida. Algo que no tendría la menor importancia si no fuera porque siempre le costó encontrar ropa linda y de calidad para su talla. “Peor aún en provincia, donde la oferta era escasísima”, cuenta esta chica trujillana que, afortunadamente, podía viajar y descubrir la moda que le era negada a ella y a mucha gente de talla grande. Esta necesidad junto a su ingenio y creatividad la llevaron a crear en el 2019 la marca Soff Plus Size,, ropa versátil, fresca y pensada para chicas con cuerpos diversos.
Y es que ser plus size no significa solo estar “gorda”. “Tenemos a las chicas Curvys, que tienen cuerpos voluptuosos, las deportistas, que debido al ejercicio desarrollan espaldas anchas, piernas muy gruesas, o las chicas altas y robustas. Cuerpos que aún no tienen su lugar en la moda”, señala Sofía.
En ese sentido, Soff Plus Size, más que apostar por lo que está de moda o por las últimas tendencias, apela a la versatilidad y al hecho de que cada quien debería vestirse como quiera. Por ello, su ropa se basa en prendas básicas, combinables, esas que te salvan la vida en cualquier estación y que, sobre todo, “se ajustan a ti y te hacen sentir empoderada”, añade.
El inicio y la pandemia
Sofía conocía bastante bien a su público, pues durante muchos años escribía en su blog sobre diseño, ropa y les contaba a sus lectores la variedad de ofertas que existían en otros países. Además, como persona plus size, conoce bien las necesidades de vestuario: “como las correas, que en tallas grandes son difíciles de conseguir, la ropa interior, o prendas que la gente jamás pensaría que usamos como los tops”, comenta.
Sabiendo esto, inicio su trabajo con ella misma como “hacedora de todo”: creaba sus diseños, iba a conseguir la tela, tomaba fotos y las subía a las redes sociales. Su trabajo logró resultados, pues empezaron a llegar las clientas... hasta que llegó la pandemia.
Lejos de encerrarse en el horror de una epidemia incierta, su esposo, Javier Villavicencio, se unió al emprendimiento. Lanzaron su web e incrementaron su presencia en redes sociales. El combo funcionó perfectamente, porque en adelante empezaron a crecer sin parar.
Imagen: Sofía Castillo (derecha) y su esposo, Javier Villavicencio (izquierda)
¿El secreto? La relación con el cliente
Más allá de la tecnología como aliado, Sofía y su esposo saben que lo que los diferencian de otras marcas es que incluyen al cliente dentro del proceso creativo. “Nosotros lanzamos prendas y colecciones cada dos semanas o de forma mensual, y antes de ello, siempre le preguntamos al cliente. Hacemos Lives en donde ellos pueden enviarnos comentarios con sus propuestas de color, de cortes, o simplemente decirnos si les gusta”, cuenta.
Muchas de estas ideas se han convertido en colecciones interesantes, llenas de color y de muchas sorpresas. “Así me di cuenta que a las chicas plus size les gustaban tanto los tops como a mí, solo que casi nadie los ofertaba. De hecho, se convirtió en la prenda más vendida desde que inició mi emprendimiento”, afirma.
Los mitos de la oferta
Sofía y su esposo concuerdan en que hoy por hoy la moda se interesa por las tallas plus size, pero aún siguen cometiendo errores de tallaje. “En muchas tiendas por departamento las tallas L o XL son minúsculas, no son completas y generan una confusión a las chicas. Muchas llegan a mí diciéndome que son 2 XL cuando tranquilamente les acomoda una M o L”, señala.
Afortunadamente, eso pasa menos con las marcas independientes, aunque la oferta aún es baja o pocas se mantienen en el tiempo. Por esta razón, Sofía también asesora personalmente a sus clientas. La van a visitar a su oficina y ella les recomienda algunas prendas, le da tips sobre otras, pero sobre todo “las animo a que se pongan lo que les venga en gana. No quiero promover esta ropa desde la victimización, sino que quiero que se sientan libres y empoderadas. A las gordas nos hace falta creérnosla”, enfatiza.
Y para ‘creérsela’ hace falta decisión, pero también mucha motivación. Desde Soff Plus Size, Sofía aprende historias diferentes, descubre inseguridades, miedos, pero también mucha fortaleza. Por eso, a ella le encanta imprimir mantras motivadores en el empaque de sus productos, hacerlos de materiales suaves, distintivos, porque desde allí parte la personalización y el distintivo que ella quiere mostrar con su marca.
Un futuro lleno de elecciones
Soff Plus Size está en su mejor momento. Todavía no piensan en tiendas propias porque lo que más les importa en el futuro inmediato es fidelizar a sus clientes y ofrecerles cada vez mejores alternativas, así como explorar esos ‘vacíos’ de la moda que aún existen en el mundo plus size. “Creo que cuanta más gente se anime a vestirse con lo que le gusta, siempre que haya oferta, más estereotipos se derribarán”, finaliza.