Ser un adulto mayor autónomo es fundamental para mantener una buena salud mental, ya que la capacidad de controlar, afrontar y tomar decisiones personales sobre actividades básicas como bañarse, vestirse o ir de compras, sin la necesidad de estar acompañado, contribuye a que la persona se sienta útil, animada y con una autoestima elevada. Así lo afirma el geriatra Luis Sandoval de la Clínica Ricardo Palma, quien destaca la importancia de la autonomía en la tercera edad.

Para fomentar la independencia en los adultos mayores, es esencial que mantengan una alimentación balanceada que les proporcione las vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para su edad. Además, se debe promover la práctica regular de ejercicios para mantener la flexibilidad y estabilidad, fomentar el hábito de la lectura, incentivar una vida social activa y asegurar la asistencia a controles médicos periódicos para diagnósticos precoces y la modificación de hábitos si es necesario.

El doctor Sandoval explica que durante la consulta del adulto mayor se realiza una Valoración Geriátrica Integral (VGI), que incluye la evaluación del aspecto nutricional, estado físico, enfermedades concomitantes (comorbilidades), estado mental y grado de autonomía. Para definir si el paciente necesita mayor apoyo en caso de ser considerado frágil, se utiliza la escala de Katz.

Después de la VGI, se efectúa un análisis de la matriz FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) con el objetivo de establecer estrategias de acción personalizada. Por ejemplo, entre las fortalezas se encuentran el apoyo familiar y la voluntad de colaborar; entre las oportunidades, los programas de rehabilitación y medicina preventiva; como debilidades, el incumplimiento del tratamiento recomendado y el aislamiento; y como amenazas, los reingresos por emergencias frecuentes y el deterioro hasta llegar a la fragilidad.

Con la información obtenida en la VGI y el análisis FODA, se elabora un Plan de Cuidados Geriátricos o Plan Estratégico Integral, que incluye metas propuestas y el monitoreo de los logros de los objetivos fijados. Estos pueden incluir la recuperación después de un infarto cerebral, el control de azúcar en pacientes diabéticos, la reducción del colesterol elevado, el aumento de masa muscular y la disminución de mareos o caídas, entre otros.

Con buenos hábitos y un control médico regular, es posible ser un adulto mayor autónomo, feliz y saludable, disfrutando al máximo cada etapa de la vida.