En el mundo del emprendimiento, cada fase del crecimiento empresarial requiere habilidades y mentalidades específicas. Para Gabriel Terán, gerente general del Grupo Reparto y mentor de emprendedores, el desafío más grande no es solo crear un negocio rentable, sino formar personas capaces de avanzar de ser comerciantes a empresarios consolidados. Su misión va más allá de enseñar técnicas de venta: busca transformar mentalidades y proporcionar herramientas prácticas que aceleren el camino al éxito.

Con más de 12 años de experiencia en áreas como recursos humanos, hotelería, banca y consumo masivo, Terán ha visto de cerca las dificultades que enfrentan quienes intentan alcanzar sus metas sin la orientación adecuada. Su experiencia personal y profesional le ha permitido entender que el conocimiento y la pasión son esenciales para sostener cualquier proyecto a largo plazo. Además, como mentor, destaca la importancia de aprender de quienes ya han recorrido el camino, pues un mentor puede ayudarte a evitar errores y avanzar más rápido hacia tus objetivos.

En entrevista exclusiva para CCL Conectados, Gabriel Terán comparte sus reflexiones sobre la construcción de una marca personal, la importancia de la consistencia y la necesidad de amar lo que se hace. También nos revela cómo la pasión fue su mayor aliada al incursionar en un mercado completamente desconocido. Esta conversación ofrece una visión profunda para todos aquellos emprendedores que buscan construir algo más que un negocio: quieren dejar un legado.

ENTREVISTA A GABRIEL TERÁN, GERENTE GENERAL DEL GRUPO REPARTO Y MENTOR

— ¿Cómo definirías tu marca personal como mentor y qué valores fundamentales intentas transmitir a los emprendedores que asesoras?

Lo que busco transmitir a los emprendedores es conocimiento. A menudo, al conversar con emprendedores, comerciantes o personas que sueñan con tener un negocio, noto cierta falta de claridad sobre cómo llevar sus ideas al siguiente nivel. Muchas veces, estas personas se quedan estancadas: pasan de ser soñadores a comerciantes que operan desde casa, fabricando o gestionando productos, pero sin saber cómo vender ni cómo estructurar su negocio de manera más eficiente.

Mi propósito es ayudarlos a avanzar de esa etapa inicial y guiarlos hacia el siguiente escalón. Es decir, no se trata solo de comercializar o fabricar, sino de aprender lo que implica cada fase del crecimiento empresarial. Cada escalón requiere habilidades y conocimientos distintos: ser comerciante no es lo mismo que ser emprendedor, y ser emprendedor no es lo mismo que ser empresario.

Los valores que deseo transmitir son el conocimiento, la entrega de herramientas útiles y la capacidad de aportar valor tangible. Quiero que los emprendedores desarrollen una mentalidad adecuada para afrontar cada etapa y que cuenten con los recursos necesarios para progresar. A partir de ahí, el avance dependerá del esfuerzo y compromiso de cada uno de ellos.

—¿Qué te motivó a convertirte en mentor para otros emprendedores y cómo ha sido esa experiencia a lo largo de tu trayectoria?

A lo largo de mis 12 años de experiencia en Recursos Humanos, siempre asumí roles clave en la selección, capacitación y contratación de personal para grandes empresas. He trabajado en sectores diversos, como la hotelería de lujo, el consumo masivo, la banca y los servicios. En ese proceso, noté que desde las entrevistas iniciales hay personas que muestran un claro deseo de crecer y avanzar profesionalmente. Sin embargo, también encontré a muchas personas con ese mismo anhelo de desarrollo, pero que no pueden progresar debido a las limitaciones de su entorno.

Decidí ser mentor porque quiero guiar a otros emprendedores en su camino, yo mismo he contado y sigo contando con mentores que han sido fundamentales en mi vida. Considero que tener un mentor es esencial, porque esta figura te permite acortar el camino. Muchas veces, una persona puede pasar 30 o 40 años intentando alcanzar una meta y no lograrlo, mientras que un mentor ya ha recorrido ese camino y conoce las claves para avanzar más rápido.

Mi objetivo como mentor es aportar el mayor valor posible a los emprendedores, brindarles herramientas que les permitan crecer y alcanzar sus metas con visión de futuro. Ser mentor es, en esencia, un compromiso de ayudar a los demás a ahorrar tiempo, evitar errores y avanzar hacia sus objetivos de forma más eficiente y estratégica.

— Desde tu perspectiva como gerente general del Grupo Reparto, ¿qué consideras que es lo más importante que un emprendedor debe aprender para alcanzar el éxito?

Lo más importante es entender que cada etapa del camino exige una mentalidad diferente. El cambio de mentalidad es clave. Alguien que ha sido empleado está acostumbrado a recibir un salario fijo y desarrolla una forma de pensar basada en esa estabilidad. Sin embargo, dar el salto hacia el emprendimiento implica adoptar una mentalidad completamente distinta. Y si luego quieres ser empresario, ese es otro nivel de pensamiento aún más avanzado. Por eso, el primer paso para un emprendedor es definir claramente dónde quiere llegar.

Emprender requiere tener hambre de crecimiento. Habrá días en los que te sentirás con la energía para conquistar el mundo, y otros en los que no tendrás motivación, como le pasa a cualquier ser humano. El problema es que muchos emprendedores renuncian demasiado pronto: empiezan un negocio y, si en tres o cinco meses no ven resultados, tiran la toalla pensando que fue un error. Pero un negocio no se construye en unos pocos meses; es como un bebé que necesita tiempo, esfuerzo y dedicación para desarrollarse.

Es común que algunos emprendedores, al no ver resultados rápidos, piensen: "Es más fácil volver a buscar un empleo". Y claro, un empleado tiene un horario definido de lunes a viernes, pero un emprendedor trabaja 24/7. No puedes esperar tener fines de semana libres desde el inicio si realmente quieres hacer crecer tu empresa. Además, ser emprendedor implica lidiar con retos que no enfrentas como empleado: desde la incertidumbre financiera hasta la gestión de cada aspecto del negocio.

Es posible que durante los primeros meses o incluso años ni siquiera te pagues un salario. Sin embargo, la constancia es lo que marca la diferencia. La clave está en seguir adelante, porque a largo plazo, todo ese esfuerzo valdrá la pena.

— ¿Qué consejo le darías a los emprendedores que están comenzando y buscan construir una marca personal sólida desde cero?

Mi consejo es que todo emprendedor empieza con entusiasmo y ganas de lograr grandes cosas, pero en el camino es normal enfrentarse a dudas. En algún momento, muchos se preguntan si no sería mejor buscar un empleo, y este proceso lo atraviesan tanto los emprendedores en sus primeras etapas como los empresarios más consolidados. La diferencia entre los que logran mantenerse y los que abandonan radica en la consistencia y en la decisión firme de continuar, incluso cuando las cosas no salen como esperaban.

Es fundamental amar lo que haces. La pasión por tu proyecto es la clave. Si solo lo haces por dinero, corres el riesgo de desmotivarte y abandonar en cuanto encuentres otra opción más lucrativa. Esa falta de constancia puede llevarte a ofrecer muchos productos o servicios sin consolidarte en ninguno. Sin embargo, cuando trabajas con pasión, eso se refleja en tu manera de comunicarte con los clientes. Les transmites ese amor por lo que haces, y eso crea una conexión que marca la diferencia.

Si te encuentras en un negocio, empleo o emprendimiento que no amas, mi recomendación es que busques aquello que realmente te apasione. Esa es la única manera de mantenerte firme a largo plazo.

Te cuento algo de mi experiencia. Cuando comencé a vender equipos de ultrasonido en Ecuador, no sabía nada sobre el producto ni tenía experiencia tratando con médicos. Nunca antes había vendido a profesionales de ese sector, pero me enamoré de lo que hacía. Tenía un propósito claro: crecer. Esa pasión me impulsó a aprender rápidamente y a transmitir entusiasmo a los médicos con los que trabajaba. Y fue justamente esa energía la que me permitió tener éxito en ese entorno desconocido para mí.

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