Rosario Torrejón es el rostro femenino detrás de una historia empresarial que comenzó entre puestos de frutas y sacos de azúcar en el mercado de Año Nuevo, en Comas. Hoy, lidera junto a su esposo Michel Vega uno de los grupos de distribución más importantes del país: el Grupo Vega. Desde cero, ambos fundaron un conglomerado peruano del sector retail y distribución que ha consolidado su crecimiento con visión estratégica, compromiso con la formalidad y un fuerte enfoque en el cliente. Actualmente, el grupo está conformado por diez empresas, con presencia en diversos canales de venta y atención tanto al sector minorista como corporativo.

En entrevista con CCL Conectados, la CEO y cofundadora del Grupo Vega cuenta cómo enfrentaron los retos de emprender en la informalidad, por qué apostar por la formalización fue clave para su crecimiento y qué decisiones estratégicas marcaron el camino de expansión. Además, habla sobre el liderazgo femenino, el valor del equipo humano y cómo han logrado convertir sus principios culturales en el motor que impulsa su éxito. Una conversación que revela el lado humano y empresarial de una mujer que inspira a miles de emprendedores peruanos.

— Rosario, ¿cómo fueron tus inicios en el mercado Año Nuevo, cómo conociste a tu esposo Michel Vega y cómo fue que juntos decidieron crear Corporación Vega?

Me encantaría contar todos los detalles, pero trataré de resumirlo. Nací en Comas, en Lima. Vengo de una familia de padres separados y, por necesidad, tuve que empezar a trabajar desde joven. Ayudaba a mi mamá en el mercado de Año Nuevo, donde vendíamos frutas, como naranjas y plátanos. En ese tiempo, llegamos a ser de los más reconocidos del mercado. Por su parte, mi esposo trabajaba vendiendo azúcar y sal también en ese mismo mercado. Fue ahí donde nos conocimos, nos enamoramos y decidimos unir fuerzas. Así nació lo que hoy es Grupo Vega.

— Me imagino que, al inicio de su historia, empezaron en medio de la informalidad, como ocurre en muchos mercados de Lima. ¿Qué desafíos enfrentaron hasta darse cuenta de que la formalidad era el paso más importante para que su empresa creciera?

Con el trabajo del día a día, nos dimos cuenta de que necesitábamos vender más productos, porque nuestra cartera de clientes iba creciendo. Eso nos llevó a solicitar crédito a los proveedores. Pero claro, ellos nos pedían una garantía: algún documento, una hipoteca, algo que nosotros no teníamos en ese momento, porque empezamos de cero, literalmente sin nada.

Recuerdo que, en una oportunidad, me armé de valor y fui desde Comas —yo le decía “desde mi provincia”— hasta la oficina principal del proveedor, en Lima. No tenía cita, ni reunión, ni una agenda programada. Solo llegué y toqué la puerta. Me atendieron en recepción, no me dejaron ingresar a la oficina, pero sí salió el ejecutivo. Él me dijo: “Charito, mi jefe no puede aprobarte el crédito, pero mi límite es este: te puedo otorgar un carro en mercadería”. Aprovechamos esa oportunidad y, con ese crédito, comenzamos a construir un historial como clientes.

A la par, nos recomendaron abrir una cuenta en el banco. Al principio dijimos que no, porque le teníamos miedo a los bancos. Pensábamos en los intereses, en que si dabas una garantía te podían quitar tu casa… Pero finalmente nos arriesgamos. Abrimos la cuenta y eso fue una puerta a la formalidad, que nos ayudó muchísimo. Ser formales, en realidad, ha sido clave para nuestro crecimiento.

— Sabemos que la formalidad es fundamental, como ya lo has mencionado. Pero comenzar desde cero siempre deja aprendizajes muy valiosos. Quisiera preguntarte: ¿qué te dejaron tus primeros años vendiendo abarrotes en Comas y cómo contribuyeron al crecimiento de Vega?

Fueron muchos los aprendizajes. Se presentaron varios obstáculos, pero hay algo que me marcó desde el inicio y que creo que es fundamental para cualquier negocio: aprender a cuidar a nuestros clientes. Desde el comienzo, empezamos a hacer sorteos con canastitas. Al inicio era solo una, luego fueron diez, después veinte… más adelante regalábamos artefactos y otros obsequios a nuestros clientes.

Con el paso del tiempo, gracias a Dios, esto se transformó en lo que hoy llamamos el "Vega Evento", una celebración muy especial que realizamos cada año en nuestro aniversario, el 17 de agosto. Este año lo haremos en el Parque de la Exposición, donde reunimos a cientos de familias para compartir un día maravilloso lleno de sorteos, regalos, espectáculos y experiencias. Además, es un espacio donde todos nuestros proveedores pueden exhibir sus productos. Es una manera de agradecer, de retribuir y de seguir fortaleciendo el vínculo con nuestros clientes.

— ¿Qué decisiones han sido clave para que Vega se convirtiera en una de las cadenas más importantes del país?

Creo que una de las decisiones más importantes fue cómo presentamos nuestro proyecto a todos nuestros aliados estratégicos. Recuerdo que convocamos a todos nuestros proveedores a una reunión en la Cámara de Comercio de Lima, en la Sala Ferreiros. En ese momento teníamos una o dos tienditas, pero les compartimos nuestra visión de crecimiento y el proyecto que queríamos desarrollar.

Les presentamos los formatos que planeábamos implementar: el formato Market, que actualmente cuenta con 45 tiendas de entre 100 y 150 metros cuadrados, y el formato Súper Mayorista, con locales de entre 1,000 y 1,500 metros cuadrados. Además, contamos con un canal de venta institucional o corporativo, a través del cual atendemos a empresas públicas y privadas. Esa decisión de comunicar con claridad nuestro propósito y sumar a nuestros aliados fue clave para el crecimiento sostenido de Vega.

— ¿Y en todo ese proceso siempre ha contado con el apoyo de su esposo?

Sí, él (su esposo Michel Vega) siempre ha estado a mi lado. Hemos ido caminando juntos, aunque con roles distintos. Hubo etapas en las que él se encargaba de la parte operativa, mientras que yo asumía el área de las negociaciones. Siempre hemos trabajado de la mano, complementándonos.

— ¿Cómo impulsa el talento femenino dentro del equipo de trabajo?

Cada 8 de marzo, por el Día Internacional de la Mujer, organizamos un full day para todas nuestras colaboradoras. Comenzamos con un taller de autoestima, empoderamiento y liderazgo femenino, y luego disfrutamos de una salida recreativa durante el resto del día.

Además, dentro de la organización, especialmente en el área administrativa, seleccionamos a los mejores talentos sin distinción de género. Brindamos las mismas oportunidades tanto a mujeres como a varones. Hoy en día, me enorgullece decir que más del 50 % del equipo administrativo está conformado por talento femenino.

— Como lo has mencionado, Rosario, el equipo humano es fundamental y valioso para el crecimiento de toda empresa. En ese sentido, ¿qué valores procuran transmitir al talento que forma parte de Vega?

Sí, en realidad, el equipo humano para nosotros es la base. Es fundamental. Sin ellos, no estaríamos posicionados donde estamos hoy. Hemos trabajado mucho en sesiones internas que nos han permitido descubrir, entender y reafirmar nuestros principios culturales. Estos se basan en el respeto, la honestidad, la responsabilidad, el trabajo en equipo y el enfoque en el cliente.

— Más allá de las marcas propias con las que cuentan, sabemos que Corporación Vega forma parte del Grupo Vega, que incluye otras empresas. ¿Podría contarnos de qué se trata?

Sí, Grupo Vega es un grupo económico conformado por 10 empresas, cada una con un rol estratégico específico, orientado al cliente que le corresponde.

Por ejemplo, contamos con Grupo Vega Distribución, nuestra empresa de transporte, a través de la cual llegamos a más de 100 mil puntos de venta entre Lima y el Norte Chico. Además, hemos creado Vega Management, una empresa de servicios que nació con la incorporación de la segunda generación, y que brinda asesoría legal, contable y en gestión de recursos humanos.

También está Radar 365, dedicada al rubro tecnológico, y Vega AllNes, que se encarga de la venta exclusiva de productos de la marca Nestlé; somos distribuidores autorizados de Nestlé. Otra de nuestras empresas es Transportes Intervega, que importa y distribuye productos lubricantes de la marca Válvula, a la cual representamos en el país.

Contamos además con Inmoveg Perú, enfocada en servicios generales que brindan soporte a todas las empresas del grupo, y con Inco Brands Perú, liderada por mi hija, desde donde se gestiona el área de marketing, marcas propias y desarrollo de productos.

De esta manera, hemos logrado asignar un rol claro y específico a cada empresa para que trabajen de forma articulada, brindando soporte a las dos compañías principales del grupo: Corporación Vega y Grupo Vega Distribución.

— Hablando de soporte, quisiera preguntarte si la Cámara de Comercio también ha aportado al desarrollo del Grupo Vega.

Sí, definitivamente. Hace muchos años llevé un diplomado en Administración de Empresas en la sede del Cono Norte de la Cámara de Comercio, junto a un grupo de nuestros trabajadores. Ese curso nos ayudó muchísimo a mejorar nuestros controles internos y nos dio una base sólida para el crecimiento de la empresa.

Además, en la Cámara pude integrarme a una red de empresarias. En una ocasión nos reunieron a 100 empresarias, y en ese evento gané un premio, lo cual me dio la oportunidad de estudiar el diplomado. Hoy en día seguimos contando con el respaldo de la CCL.

Grupo Vega realizó un cocktail corporativo en la CCL

El Grupo Vega realizó un cocktail corporativo este jueves 10 de julio en las instalaciones de la Cámara de Comercio de Lima, dirigido a gerentes generales, jefes y/o gerentes de recursos humanos y logística. ¿El objetivo? Presentar su renovado propósito corporativo B2B y fortalecer los vínculos entre las empresas y su recurso más valioso: sus colaboradores.