Pese a que la pandemia ha significado un duro revés para muchas empresas y negocios en el Perú, de diversos tamaños y rubros, el interés por emprender continúa con fuerza. Granja Azul, el emblemático restaurante con más de 70 años de exitosa trayectoria, representa hoy por hoy un modelo de desarrollo y crecimiento para quienes apuestan por el camino del emprendimiento.

Emprender no es nada sencillo, pues requiere de visión, creatividad e ingenio, y especialmente de mucha persistencia. Sin embargo, desde hace varios años, el ánimo por el emprendimiento entre los peruanos empezó a crecer hasta convertirse en una marcada tendencia. De hecho, según un estudio realizado por Ipsos en un total de 28 países, el Perú se encuentra en la tercera posición entre las economías con mayor espíritu emprendedor:  el 59% de la población peruana ya ha iniciado un negocio y un 34% no lo ha hecho, pero lo considera seriamente.

La crisis económica causada por el COVID-19 ha provocado también que muchos decidan abrir sus propias empresas como salida ante el desempleo o pocas oportunidades en el mercado laboral. El 40% de los peruanos empezaron un negocio desde que inició la pandemia, de acuerdo a una investigación de Activa Perú, y la gastronomía aparece como uno de los rubros más elegidos por los nuevos empresarios de nuestro país.

En este escenario, la trayectoria del restaurante Granja Azul es un exitoso ejemplo y modelo empresarial en este sector, pues no solo ha resistido las adversidades de la pandemia, sino también a las distintas crisis políticas, sociales y económicas que han golpeado al Perú a través de los años.

¿Cómo inició la idea de Granja Azul?

Granja Azul lleva una historia de creatividad e innovación que resulta fascinante: El ciudadano suizo Roger Schuler, quien en 1949 contaba con una granja de pollos en el cálido distrito de Santa Clara, apeló a su creatividad e ingenio, logrando crear una barra de metal que permitía cocinar las aves. Un día, él se animó a poner un cartel en la carretera donde decía: “Todo el pollo que puedas comer por S/. 5 soles”, convirtiéndose en un clásico en el restaurante hasta el día de hoy.

Poco a poco empezaron a llegar más y más personas, tanto que no lograban darse abasto. Es aquí que, junto a su amigo y socio, Franz Ulrich, crearon un horno que permitió conseguir la cocción perfecta para el pollo a la brasa. El sabor único de su cocina y el cuidado que ponen en cada detalle (desde los pancitos hechos en casa hasta la celebrada mayonesa) hicieron que el público colmara el emblemático local de Santa Clara, de manera que, el 5 de febrero de 1950, nace Granja Azul.

Asia y San Isidro: crecimiento y expansión de Granja Azul

Además del tradicional local ubicado en Santa Clara, que conserva intactos la mística y la calidad que distinguieron a la marca desde sus inicios, su desarrollo y crecimiento se evidencian en el surgimiento de dos locales más, uno en el boulevard de Asia, que opera en las temporadas de verano; y su nuevo restaurante en pleno corazón de San Isidro, Granja Azul Grill.

Inaugurado en noviembre de 2020, con una carta que, además de su reconocido pollo, anticuchos, las tradicionales papas, la clásica mayonesa tan pedida por sus seguidores, los pancitos de siempre; presenta variados cortes de carne a la parrilla, así como nuevas opciones de piqueos. Todo esto acompañado de sus originales cócteles de la casa.

Tras varios meses de restricciones por la pandemia, el local entró en noviembre en funcionamiento con todos los protocolos de bioseguridad necesarios para ofrecer un ambiente seguro a sus clientes. Prueba de ello es que Granja Azul Grill obtuvo este año un reconocimiento de la Municipalidad de San Isidro, bajo la denominación de “Local Bioseguro”, una certificación que indica que el establecimiento cumple con todos los protocolos establecidos.

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